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Oscar, una historia de superación e inclusión en la Era de la Inteligencia Artificial

Érase una vez un mundo donde las barreras de la sociedad eran más difíciles de superar que las limitaciones físicas. En este mundo, el pasado viernes surgió una noticia que resonó como un eco de esperanza: la creación de la primera universidad destinada exclusivamente a personas con discapacidad.


Esta iniciativa innovadora, liderada por Jeison Aristizabal, un ángel en la tierra, quien entiende profundamente los desafíos, busca transformar el concepto de discapacidad en la sociedad, promoviendo la inclusión laboral para aquellos considerados "discapacitados".


Tuve el honor de ser invitado a esta inauguración con un gran grupo de amigos/hermanos, y escuchar a Jeison de primera mano contar una corta historia sobre su experiencia de buscar trabajo cuando tenía 18 años, nos "quebró" a todos los asistentes e incluso al mismo Jeison al recordar que cuando fue a una panadería a que le dieran trabajo, lo que recibió fue que le dieran algo gratis, y posteriormente regresar a su casa decepcionado porque la discapacidad tenia un estigma de gratis.


En el corazón de esta historia se encuentra el poder transformador de la inteligencia artificial (IA). La IA emergió como una fuerza revolucionaria desde hace varios años pero con más ímpetu el año pasado, que no solo abrió puertas, sino que desmanteló las barreras invisibles que habían mantenido a tantas personas apartadas de oportunidades significativas.


Permíteme presentarte a Oscar, un joven que desafía los límites con valentía y determinación. A pesar de no poder mover sus manos, y hacer parte de una población con discapacidad, su espíritu rebosa de esperanza y sueños. Oscar se comunica a través de tecnologías oculares o Eye-tracking que le permiten expresar emociones, comunicarse con otras personas y sentirse parte de un grupo o de una comunidad que al igual que él tienen una condición especial, pero todos con un deseo profundo de superarse y ser tenidos en cuenta para trabajar para una empresa que valore su potencial más allá de su discapacidad.



La vida de Oscar es una lección de resiliencia y fe en un futuro donde la inclusión es un derecho, no un privilegio. Todos los martes y jueves asiste acompañado de su mamá a un salón de clases a aprender, a conectarse a través de una tecnología ocular con Inteligencia Artificial para expresarse y aprender acompañado de un guia. Su anhelo es contribuir algún dia al mundo a través de su trabajo reflejado en cada mirada que sale de sus ojos.


Sin embargo, el camino hacia su sueño está lleno de desafíos. Las barreras físicas son solo una parte del desafío. La falta de oportunidades y la percepción limitada de la sociedad hacia las personas con discapacidad hacen que el camino hacia la inclusión laboral sea en algunos casos utópico y desafiante.


Pero es aquí donde la innovación brilla con intensidad. La inteligencia artificial se convierte en un medio, derribando barreras y abriendo puertas que antes parecían cerradas. Las tecnologías asistidas impulsadas por la IA se convierten en los ojos, las manos y la voz de aquellas personas cuyos cuerpos tienen limitaciones físicas.  EL sueño de Oscar de trabajar para una compañía se convierte en una realidad accesible gracias a la IA, ya que sistemas de reconocimiento ocular, interfaces cerebro-computadora y programas de procesamiento de lenguaje natural se unen para permitir que Oscar no solo se comunique, sino que también pueda contribuir significativamente al entorno laboral.

Según la OMS, se estima que en el mundo hay más de 1300 millones de personas con alguna discapacidad importante.

A medida que la historia de Oscar y de muchas personas, se entrelaza con la evolución de la IA, se revela el poder transformador de la tecnología para redefinir los preconceptos sobre la discapacidad. La inclusión laboral se convierte en una realidad, impulsada por la capacidad de la IA para amplificar las habilidades y capacidades de las personas, independientemente de sus limitaciones físicas.


Y así, la historia de Oscar no es solo un relato inspirador de superación personal, sino también un testimonio del potencial ilimitado de la inteligencia artificial para cerrar brechas sociales y fomentar un mundo más inclusivo. La verdadera revolución no reside en la tecnología en sí, sino en cómo la utilizamos para construir puentes que conecten a personas como Oscar con oportunidades que antes parecían inalcanzables. Esta historia es un recordatorio de que la inclusión no es solo una aspiración o un sueño de Jeison, sino un deber moral.


Quiero darle infinitas GRACIAS a Jeison, no solo por la invitación a ser parte de esta gran inauguración de ser la primera Universidad en Latinoamérica, sino porque nos eneseña cada día que los limites están en nuestra mente y que en una perfecta ecuación que combine mente(ganas) + tecnología vamos a resolver muchos de los retos de la humanidad permitiendo una sociedad justa y equitativa.


Quiero cerrar con esta frase que se encuentra en unas de las paredes de la Universidad:

Cada dificultad trae consigo una nueva Oportunidad



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